Cambio Climático

Dirige el proyecto Módulo Antártico de Producción Hidropónica (MAPHI), con el objetivo de mejorar la alimentación, con verduras frescas, del personal civil y militar de las bases argentinas en la Antártida.

El agrónomo del INTA Jorge Birgi siente orgullo de liderar hace 8 años el proyecto de hidroponia en la Antártida argentina: “Decidí hacerlo contra todos los pronósticos”, relata

Hace 8 años que el ingeniero agrónomo Jorge Birgi dirige el proyecto Módulo Antártico de Producción Hidropónica (MAPHI), con el objetivo de mejorar la alimentación, con verduras frescas, del personal civil y militar de las bases  argentinas en la Antártida.

Jorge es egresado de la Universidad de Tucumán, con una Maestría en Desarrollo de Zonas Áridas y Semiáridas en la Universidad de Santiago del Estero, y trabaja en la Estación Experimental Agropecuaria del INTA (EEA) de Santa Cruz, con sede en Río Gallegos. También es docente e investigador de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA), a cargo de la cátedra de Frutihorticultura, en la carrera de Ingeniería en Recursos Renovables de la unidad académica de Río Gallegos.

El proyecto MAPHI surgió a partir de una consulta que llegó al INTA, acerca de si era posible producir hidroponia en la Base Marambio. Comenzaron a hacerles una serie de preguntas para poder saber cuáles eran allí las condiciones de producción. Luego de dos años de trabajo lograron diseñar un sistema de producción para dicha Base antártica.

Una reunión con el Suboficial Auxiliar César Araujo Prado y el Doctor Martín Díaz, le permitieron a Birgi viajar a la Base Marambio para ajustar el modelo a la infraestructura local.  Poco a poco se fue puliendo el proyecto hasta instalar el Modelo 1, bajo las siglas MAPHI 1, hasta llegar al actual Modelo 5, bajo las siglas MAPHI M5H.

Es importante señalar que la temperatura ambiente en la Base Marambio ronda entre los -2°C y 3°C, en verano, y entre los -10°C, y -20°C -o más bajas- en invierno, con vientos que alcanzan los 125 kilómetros por hora. Por este motivo, la producción debió ser protegida y ubicada en la sección Oeste de la Base. Para esto se recicló un contenedor marítimo de 20 pies de largo, que fue recubierto de una triple capa para su aislación térmica.

Comenta Birgi que en los comienzos se realizó una gran articulación. Luego se conformó el Comando Conjunto Antártico, desde el que Araujo Prado continúa articulando con Birgi para instalar nuevos módulos y mantener los ya instalados. Este proyecto se mantiene con el aporte del INTA, la UNPA, la Dirección Nacional del Antártico (DNA), pero para la siembra y cosecha necesita cotidianamente del personal de las Fuerzas Armadas Argentinas.

Explica el ingeniero del INTA y director del MAPHI: “Las técnicas hidropónicas son compatibles con gran cantidad de especies frutihortícolas, herbáceas y semileñosas. Para MAPHI en particular, se diseñó un sistema hidropónico recirculante, cerrado, de lámina poco profunda y bajo caudal. En su configuración actual permite producir 240 plantas adultas, a razón de 4 plantas por cajón, con 12 cajones por nivel y 5 niveles de producción; con un sexto nivel que permite producir 10 bandejas de microgreens (germinados), dándole al módulo un mayor dinamismo en la producción de alimentos. Ya que estos, tienen un ciclo de producción de 15 días, mientras las plantas adultas se cosechan cada 30 días.”

“En cuanto al cuidado del medioambiente antártico –continúa Jorge-, el proyecto prevé para el transporte de semillas la utilización de frascos de doble fondo, embalados en cajones estancos de alto impacto identificados con códigos QR para mejorar su trazabilidad. Asimismo, las semillas certificadas que se utilizan, son evaluadas previamente y esterilizadas según protocolos, para garantizar la calidad de las mismas y su estatus sanitario. Otras medidas implementadas en MAPHI son la utilización de pediluvios, trajes impermeables de protección para los operarios, trampas cromáticas para monitoreo y sensores de derrame, llama y humo entre otros.

Nos actualiza Birgi: “Hace un mes inauguramos el Modelo MAPHI 2 de la Base Esperanza. Es un módulo mucho más grande que, si bien se basa en la misma tecnología, tiene importantes mejoras como la mayor capacidad productiva, en cuanto a cantidad y calidad (tipo) de hojas”.

Al cierre de esta nota, Jorge Birgi, junto a su compañero Boris Díaz, se hallaba demorado en regresar a Santa Cruz por razones climáticas que imposibilitaban el viaje. Lo esperan en Río Gallegos Verónica, su compañera de vida y de trabajo -porque la conoció en el INTA y trabajan en la misma oficina-, con sus hijas Emma y Martina.

Jorge reflexiona: “En esto hemos sido pioneros, porque antes del MAPHI, ningún agrónomo vino a trabajar en producciones locales de vegetales frescos a la Antártida argentina. Liderar los proyectos de investigación que financiaron y permitieron la instalación de los módulos MAPHI, para mí ha sido un desafío personal y profesional. Acá en el Continente Blanco, las cosas que en el resto de nuestro país serían fáciles, se tornan difíciles y requieren de mucho sacrificio”.

“Vi que podía mejorar un poco la calidad de vida de los que viven durante todo un año acá y decidí hacerlo contra todos los pronósticos. Me emociono al pensar que lo he logrado junto a talentosos compañeros. Me permitió conocer a grandes personas en un lugar tan extremo, donde llegar es un privilegio. Es la primera vez en 118 años de permanencia argentina en la Antártida, que se producen localmente vegetales frescos. Considero que es un hito nacional y haberlo liderado me llena de orgullo”

Especialistas estudian cómo impactan las olas de calor en la Antártida

Aunque disminuyó la productividad y la abundancia de los organismos acuáticos claves para toda la red trófica marina, algunas especies lograron adaptarse a las altas temperaturas.
Especialistas del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC, que depende del Conicet) y del Instituto Antártico Argentino (IAA) estudian el impacto de las dos olas de calor marinas registradas en la Antártida en el verano de 2020 sobre el plancton, comunidad de organismos acuáticos claves para la red trófica marina. Aunque tuvo efectos negativos en ambos casos, en la segunda ola muchas especies ya estaban adaptadas a las altas temperaturas, lo cual mitigó las consecuencias. La investigación no solo es importante en el contexto del cambio climático, sino que además es abordada por científicos locales.
“Ese verano fue el de la temperatura récord en la Base Esperanza, con una máxima histórica de 18.3 grados. Con mi equipo estábamos allí y pudimos analizar cómo respondía el plancton ante esas elevadas temperaturas, que se manifestaron como olas de calor marinas”, describe Irene Schloss, investigadora del Conicet y del IAA.
La científica explica que, si bien durante la primera ola de calor la reacción del plancton fue negativa, durante la segunda se modificó el escenario. “Durante la primera disminuyó la productividad y la abundancia del plancton. Además, se registraron respuestas fisiológicas al estrés, lo que hizo que repercutiera en toda la red trófica marina de la región”, puntualiza la investigadora. En cambio, durante la segunda ola se encontraban presentes aquellas especies que sobrevivieron o se adaptaron a las altas temperaturas de la primera ola. Por lo tanto, el efecto fue menor al anterior.
“Pudimos concluir que las olas de calor van a afectar a los organismos marinos dependiendo del momento del verano en que ocurran estos eventos. Esto, que nos permitió calcular la respuesta del plancton al estrés térmico, es clave porque los parámetros que registramos pueden usarse para validar modelos climáticos globales para el océano”, subraya la especialista, directora del Laboratorio de Oceanografía Biológica en el CADIC.
La importancia del océano
Este trabajo se enmarca en una red más grande de investigaciones donde indagan cómo impactan las actividades humanas en los ecosistemas marinos. Se trata de un área de estudio clave, tanto por los factores que inciden en el ambiente y en el cambio climático como por la importancia de que científicos locales puedan abordar estas temáticas.
“Analizamos el efecto del calentamiento global sobre la abundancia de fitoplancton, es decir, las microalgas que producen alimento para el resto de la red trófica marina. También estudiamos una clase particular de microorganismos, que son los que producen toxinas y forman las llamadas Floraciones Algales Nocivas”, explica Schloss.
Además, el grupo de investigación indaga cómo repercute la ciudad de Ushuaia sobre los bosques de cachiyuyo –la macroalga Macrocystis pyrifera–, y las zonas de Namuncurá-Banco Burdwood y Yaganes, dos Áreas Marinas Protegidas.
Según la perspectiva de la científica, los proyectos de estudio enfocados en las problemáticas oceanográficas son claves ya que “el mar es esencial para sustentar la vida en la Tierra. Sus funciones van desde regular la temperatura del planeta, absorbiendo el dióxido de carbono y distribuyendo globalmente el calor, hasta generar la mitad del oxígeno que respiramos. Hay que tener en cuenta que más del 90 por ciento del espacio habitable del planeta está bajo el agua”, comenta la investigadora.
Respecto a los gases de efecto invernadero, la científica explica que podría acelerar el aumento de la temperatura global si el océano disminuye la absorción de dióxido de carbono de la atmósfera. “Asimismo, al calentarse las capas superiores del agua, se agotaría el oxígeno de superficie rápidamente y se podrían llegar a observar grandes mortandades de peces”, alerta la especialista.
Investigaciones emergentes
Schloss y su grupo de investigación llevan años de experiencia en la disciplina. Por ejemplo, en 2022 publicaron un artículo en la revista Nature Ecology and Evolution junto a un consorcio de investigadores internacionales. Allí pudieron identificar 15 cuestiones prioritarias para los próximos 10 años.
Temas como el impacto de los incendios forestales, el efecto de la migración hacia los polos en la biodiversidad ecuatorial, la explotación de recursos –incluyendo un aumento en el comercio de vejigas natatorias peces–, la construcción de ciudades flotantes por el ascenso del nivel del mar, las nuevas tecnologías como la robótica blanda y nuevos productos biodegradables.
“Son temas que llamamos emergentes porque necesitamos estudiarlos y que haya financiamiento para hacerlo. Con este trabajo quisimos dar luz a estos problemas y alertar que, si no los abordamos, pueden aumentar su gravedad y prácticamente ser irreversibles en un futuro cercano”, resalta la investigadora.
Además, la científica advierte que problemas ya identificados como la contaminación por hidrocarburos, plásticos grandes y micro, la acidificación del océano o el deterioro de los hábitats todavía no se resolvieron.
Desde el sur para el sur
Desde la perspectiva de Schloss, que haya proyectos científicos y tecnológicos orientados a estudiar estas problemáticas de Argentina es clave en diferentes niveles. “Las aguas subantárticas y antárticas revisten no solo una enorme importancia por las problemáticas climáticas locales y globales, sino que, para nuestro país, también tienen una gran importancia geopolítica”.
En el aspecto geográfico influye que la región de estudio está cerca de las Islas Malvinas, tiene a Chile al oeste y al Sur, y está a un paso de la Antártida. “Por eso, tanto en esta zona como en las aguas del sur del continente, es imprescindible invertir en ciencia”, remarca.

El Arroyo Ludueña, al punto de no retorno

Los últimos días, debido a la difusión en los medios de comunicación de los videos e imágenes de denuncias de vecinos y vecinas, ha quedado nuevamente en evidencia el estado de contaminación y degradación de esta importante cuenca. Esta situación no es nueva, se visibiliza aún más ante la bajante de sus aguas.
Mencionamos algunas de las problemáticas complejas que atraviesan al Arroyo Ludueña desde su naciente hasta su desembocadura:
Contaminación detectada por la Fiscalía en tres focos: Shopping Fisherton Mall, Aeropuerto Internacional de Rosario y Barrio Privado Rosario Golf Club
  • La contaminación de los barrios que no cuentan con red de cloacas
  • Las nuevas construcciones y urbanizaciones, además de la pérdida de biodiversidad que generan en el territorio, incrementan la impermeabilización del suelo acelerando el crecimiento del arroyo y aumentando la probabilidad de inundaciones aguas abajo. Así como también las obras que están tapando la desembocadura
  • Las obras hidráulicas desordenadas y sin planificación integral a escala cuenca, como las canalizaciones, drenajes de lagunas y terraplenes, afectando los reservorios naturales y las vías de escurrimiento del agua, aumentando los riesgos de inundaciones
  • ● La ausencia de control y fiscalización por parte del Estado a las industrias y establecimientos privados en la zona, que estarían contaminando con sus desechos el arroyo.
  • La insuficiente gestión de residuos plásticos que terminan en la cuenca, proveniente tanto de barrios circundantes como también a través de zanjas y canales.
  • Uso de agrotóxicos en la cuenca del Arroyo.
  • Este deterioro de la cuenca lo entendemos como el resultado de las inacciones en todos los niveles de gobierno (provincial y municipal) y del desinterés por trabajar interjuridiccionalmente entre los municipios.
 Denunciamos que nunca se conformó el Comité de Cuenca para el Arroyo Ludueña, sancionada por Decreto Provincial en 2010
  1. y que se está incumpliendo el programa provincial de “Recuperación Provincial de la calidad de los cuerpos de agua superficiales”
  2. (2); a nivel Municipal, se desconoce si efectivamente se están realizando o no los monitoreos en la zona del arroyo que comprende a Rosario
  3. (3), además de que no observamos avances en la implementación de la Ordenanza de Preservación de Humedales Urbanos
  4. (4) Cabe destacar que en el marco de la nueva ley provincial de aguas
  5. (5), el AGUA ES UN BIEN de DOMINIO PÚBLICO y se establece una nueva política hídrica provincial comprometiéndose a desarrollar una GESTIÓN PARTICIPATIVA que garantice el derecho a la INFORMACIÓN PÚBLICA y a la participación ciudadana en decisiones regulatorias de alcance general y de gestión. Por estos motivos, ante la poca coordinación de acciones gubernamentales efectivas en pos de la conservación y regeneración del ecosistema de la cuenca del arroyo ludueña, las organizaciones socioambientales abajo firmantes junto a vecinos y vecinas autoconvocados, nos hemos reunido conformando una mesa de diálogo para aunar esfuerzos en la lucha por su preservación. Exigimos la creación del Comité de la Cuenca del Arroyo Ludueña, el cual debería componerse ampliando esta mesa con representantes del gobierno provincial, Aguas Santafesinas y autoridades de municipios y comunas involucradas en toda la cuenca. Un espacio donde se puedan congregar todos los saberes y aportes, de vecinos/nas y organizaciones socioambientales y de la sociedad civil en general, así como también de la Universidad Nacional de Rosario. Para poder superar la disgregación de acciones ejecutivas, aportes normativos y que permitan planificar mejor el territorio

AMAZON DESEMBARCA EN AMÉRICA LATINA CON SUS PROYECTOS DE ENERGÍAS RENOVABLES

Es el mayor comprador corporativo de energía renovable a nivel mundial. Ahora anuncia 71 nuevos proyectos en todo el mundo, incluido un parque solar en Brasil.

Amazon anunció la ampliación de su cartera de energías renovables a nivel mundial, a través de 71 nuevos proyectos. Esto incluye el primer proyecto de este tipo de la compañía en Sudamérica, un campo solar en Brasil, y sus primeras granjas solares en India y Polonia. Una vez que esté operando plenamente, la cartera global de energías renovables de Amazon generará 50.000 gigavatios hora (GWh) de energía limpia, lo que equivale a la cantidad de electricidad necesaria para abastecer a 4,6 millones de hogares estadounidenses cada año.

“Estamos trayendo nuevos proyectos eólicos y solares en línea para alimentar nuestras oficinas, centros de cumplimiento, centros de datos y tiendas, que en conjunto sirven a millones de clientes a nivel mundial. Estamos buscando alcanzar el 100% de energía renovable en todo nuestro negocio para 2025”, dijo Adam Selipsky, CEO de Amazon Web Services.

Amazon es el mayor comprador corporativo de energía renovable a nivel mundial. Ahora cuenta con un total de 379 proyectos de energía renovable en 21 países, incluidos 154 parques eólicos y solares y 225 proyectos solares en tejados. Lo anterior representa 18,5 GW de capacidad de energía renovable. A finales de 2021, la empresa habrá alcanzado el 85% de esta energía a nivel operativo.

Los proyectos de energías renovables se encuentran distribuidos en todas las regiones: 202 en Norteamérica, 117 en Europa, 57 en Asia y el Pacífico, 1 en Oriente Medio, 1 en África y ahora su primer proyecto en Sudamérica.

Allí Amazon anunció su primer proyecto de energía renovable, el cual consiste en un parque solar de 122 MW en Brasil. Además de proporcionar energía renovable a las operaciones de Amazon en la región, este proyecto también proporcionará beneficios económicos a la economía local y a su biodiversidad. El proyecto incluye una inversión de US$ 380.000 dólares (2 millones de reales) en programas medioambientales durante la construcción para proteger y promover la biodiversidad. Se calcula que el proyecto creará 850 puestos de trabajo durante la fase de construcción, y otros 30 puestos permanentes una vez que el proyecto entre en funcionamiento.

Santa Fe: Aprobaron una ordenanza de promoción de la agroecología

La norma, aprobada por unanimidad, está orientada a fomentar políticas, programas, proyectos y acciones para el desarrollo de la agroecología a nivel local.
El Concejo santafesino sancionó este jueves una ordenanza que tiene como objetivo el “fomento, promoción y fortalecimiento de políticas, programas, proyectos y acciones para el desarrollo de la agroecología.
como sistema integral de producción, comercialización, agroindustrialización, consumo de alimentos y otras producciones primarias”.
La agroecología es una ciencia orientada a la producción de alimentos y otros bienes primarios desde un enfoque integral, que busca la sustentabilidad tanto ambiental como social, económica y cultural. Además es una herramienta que aspira a un cambio social en búsqueda de la soberanía alimentaria.
Al respecto, la concejala Valeria López Delzar, autora de la ordenanza, señaló que “buscamos preservar el cinturón verde de la ciudad y el Gran Santa Fe, protegerlo del crecimiento de la ciudad que avanza sobre estos desarrollos productivos”. También afirmó que “con esta iniciativa pretendemos fomentar un vínculo más cercano entre quienes producen estos alimentos de forma sana y segura con quienes los consumimos”. Por último, explicó que “este es un paso más en lo que tiene que ver con acercarnos a la soberanía alimentaria y el acceso a la tierra, los modos de producción, la sostenibilidad social, ambiental y económica”.
El Ejecutivo Municipal deberá estimular el emplazamiento y funcionamiento de ferias para la oferta de productos agroecológicos en diversos puntos de la ciudad; proteger los desarrollos agroecológicos existentes y acompañar los nuevos; impulsar la creación de un corredor agroecológico en la ciudad de Santa Fe junto con el Ente de Coordinación del Área metropolitana; realizar campañas de difusión y formación para la población sobre el consumo y producción de este tipo de alimentos.
También se promoverá el acceso a la producción agroecológica en el mercado municipal, estimulando el abastecimiento interno y el emplazamiento de mercados de cercanía o ferias agroecológica y que cualquier dependencia municipal priorice la adquisición de productos provenientes de los Sistemas de Producción Agroecológica.
Por último, la ordenanza define la creación de un Consejo Consultivo para el Desarrollo de la Agroecología de la ciudad de Santa Fe, el cual estará integrado por tres miembros del Departamento Ejecutivo Municipal; dos concejales, tres representantes de productores agroecológicos, un miembro de entidades cooperativas, entre otros integrantes de organizaciones de la sociedad civil vinculadas a la temática. Entre sus funciones están colaborar en el diseño de políticas y acciones para profundizar los emprendimientos agroecológicos en el ámbito local y metropolitano; fomentar la articulación con instituciones gubernamentales y no gubernamentales para proponer capacitaciones; elaborar informes sobre el estado de la producción y desarrollo de la agroecología en la ciudad, entre otras.
Estuvieron presentes en las gradas del recinto de sesiones organizaciones e instituciones relacionadas y que participaron en la redacción de esta Ordenanza, entre ellas La Verdecita; Cooperativa Setúbal; Movimiento Desvío a la Raíz; Asociación Civil Capibara; ONG Naturaleza, Derecho y Sociedad; Multisectorial Paren de Fumigarnos; Foro Santafesino por la Salud y el Ambiente; Centro de Protección de la Naturaleza (CEPRONAT); Asociación Civil Parque Federal; Friday For Future Santa Fe; Comunidad por la Naturaleza; productores/as y trabajadores/as rurales, periurbanos y urbanos; agricultores/as familiares, campesinos/as e indígenas.

¿última oportunidad para la biodiversidad?

Cuando quedan pocas semanas para qué empiece la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que sin duda tendrá gran repercusión mediática, se ha celebrado la primera parte de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (COP15), que se ha celebrado de forma virtual entre el 11 y el 15 de octubre estando previsto que la segunda parte se celebre presencialmente entre abril y mayo de 2022.
La ciencia y el movimiento ecologista vienen avisando desde hace años de que la biodiversidad es esencial también para los seres humanos, y que todas y todos dependemos de ella, no se trata solo de que un millón de especies estén ya en riegos de desaparición, el oxígeno que respiramos es producido por las plantas, las cuales además almacenan carbono, ambas cosas importantes para la regulación del clima y la creación de aire respirable, pero también liberan agua y compuestos volátiles a la atmósfera, que a su vez influyen en la formación de las nubes y las precipitaciones.  La biodiversidad proporciona alimentos que comemos directamente y apoya la producción de alimentos en la agricultura a través de procesos como la polinización, el control de plagas y la salud del suelo. Además de ella obtenemos importantes beneficios culturales y de bienestar, ya que como han demostrado múltiples estudios un simple paseo por el campo o una zona verde reduce nuestro estrés y tiene múltiples beneficios mentales. Con la destrucción de la biodiversidad lo que está en riesgo es nada menos que el sustento de la vida. Sin embargo, no han existido grandes portadas en los medios de comunicación dedicadas a esta Cumbre Mundial, algo difícil de entender.
Aunque los grandes acuerdos de esta Conferencia de las Partes  del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica se alcanzarán en su segunda parte, que se celebrará en Kunming (China) del 25 de abril al 8 de mayo de 2022, estos días se ha demostrado el firme compromiso verbal de los países miembros del Convenio en conservar la biodiversidad, pero también la falta de contundencia a la hora de abordar las causas subyacentes de la destrucción de la naturaleza. El principal ejemplo de esta falta de contundencia es la llamada «Declaración de Kunming», que ha supuesto un paso positivo en las negociaciones, pero está lastrado por su falta de definición. En ella se reconoce que las crisis ecológicas (pérdida de biodiversidad, cambio climático, degradación y desertificación de las tierras y los océanos) comparten muchos factores subyacentes impulsores del cambio» y demanda «acciones destinadas a transformar los sistemas económicos y financieros y garantizar la producción y el consumo sostenibles», pero no se definen las medidas concretas a adoptar. La gravedad que supone el inminente colapso de los ecosistemas requiere acciones urgentes y específicas. Sin una reformulación radical del sistema económico, basada en el decrecimiento global del consumo de energía y materiales, con criterios de justicia social, de redistribución y que reconozca los límites planetarios, no será posible parar la pérdida de diversidad biológica.
Pero el acuerdo más importante que se deberá adoptar en esta cumbre, y en el que se viene trabajando desde 2020 es el Marco Global post 2020. Una estrategia que comprende 21 objetivos y 10 hitos propuestos para 2030, que pese a las diversas reuniones negociadoras continúan careciendo de la necesaria ambición, no es suficientemente transformadora, y no será vinculante. En su contenido destaca la Meta 3 del actual borrador que establece como objetivo la declaración del 30% de las zonas terrestres y marinas como áreas protegidas para 2030 (la llamada meta 30×30). Las últimas décadas han demostrado que, aun siendo importante la protección de espacios, esta es una medida insuficiente para detener la destrucción de la naturaleza. A lo largo de estos años ha existido un gran aumento en el número y extensión de áreas protegidas a nivel global, pero de forma simultánea la pérdida de biodiversidad se ha acelerado. Por ello es imprescindible lograr una gestión enfocada a la conservación y uso sostenible del 100% de la superficie terrestre y marinas. Afortunadamente todavía hay tiempo para que en la siguiente ronda de negociaciones se logren avances sustanciales en esta importante estrategia.
 Aunque durante la primera parte de la cumbre se han anunciado importantes aportaciones económicas es vital que se logren compromisos económicos de otros países para asegurar la adecuada financiación del convenio y aumentar la prestación de apoyo financiero a los países en desarrollo, necesario para implementar el Marco Mundial post 2020. Esta es una de las asignaturas pendientes, pero debemos desconfiar del peso que se le está dando a la financiación privada y al papel de las corporaciones en el discurso económico del convenio y del Marco Global post 2020. La transformación integral o «Teoría del cambio» que plantea el Marco Global debe estar fundamentada en la movilización de fondos públicos, y así lo debería expresar la Meta 19 del documento.
Tal y como lo han reflejado en los últimos años los estudios La Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 5 del Convenio para la Diversidad Biológica y el Informe de evaluación Mundial sobre diversidad biológica y servicios de los ecosistemas de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas de Naciones Unidas, los países miembros del Convenio no han cumplido los acuerdos alcanzados en 2010 para detener la pérdida de biodiversidad en 2020, como ya había sucedido con los acuerdos de 2001. Estos fracasos han permitido que el ritmo de destrucción de la biodiversidad se haya acelerado, y que cada año que pase resulte más complicado cambiar nuestro modelo de producción y consumo.
Pese al escaso interés de los medios de comunicación, es esencial que la sociedad civil nos movilicemos y exijamos a los representantes políticos que le den a este Convenio la importancia que realmente tiene y se empiece ya a tomar medidas. No podemos permitirnos fracasar de nuevo en 2030, por lo que  nos enfrentamos a la que posiblemente será la última oportunidad para detener la pérdida de biodiversidad. Es posible que para 2030 se haya superado un punto sin retorno que reducirá la capacidad de los ecosistemas para recuperarse y propiciar los procesos y bienes que son esenciales para los seres vivos, incluidos los humanos…