Contaminación y saneamiento | Fallo Mendoza | Riachuelo
La mala calidad del agua del Sena obliga a aplazar el triatlón masculino en los Juegos Olímpicos
El triatlón individual masculino de los Juegos Olímpicos de París 2024 ha tenido que ser aplazado después de que las pruebas de calidad del agua revelaran que el Sena no alcanzaba el nivel exigido.
La competición, que debía comenzar el martes a las 06:00 GMT (08:00 hora local), se disputará ahora el miércoles a las 08:45 GMT, después de que acabe la prueba femenina.
Las sesiones de entrenamiento de natación tuvieron que ser canceladas el domingo y el lunes debido a la calidad del agua, afectada por las fuertes lluvias que han caído en los últimos días, como pudo verse el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos.
El viernes 2 de agosto se mantiene como fecha de contingencia para ambas pruebas, y los organizadores han señalado que el evento podría disputarse como duatlón como último recurso.
Una flota de drones recogerá basura del monte Everest
Katmandú.- Una flota de drones recogerá la basura de los tramos más altos del monte Everest, una medida que se produce en medio de una masiva campaña que comenzó este mes para retirar diez toneladas de desechos de los principales picos del Himalaya.
El uso de estas aeronaves obedece a un proyecto piloto, mediante el que los drones transportarán los residuos entre el campo 2, situado a unos 6.400 metros de altitud, y el campo base, mil metros más abajo, dijoJ agat Prasad Bhusal, director administrativo del municipio rural de Khumbu Pasang Lhamu, donde se ubica el Everest
Esta es la primera vez que las autoridades emplean drones para limpiar la montaña más alta del mundo, agregó el funcionario, que sostuvo que si tienen éxito implementarán su uso «plenamente a partir del próximo año».
Los drones son fabricados por la empresa china Da-Jiang Innovations, con una capacidad para volar hasta los 6.500 metros de altura y transportar 30 kilogramos.
Los sherpas y miembros del Ejército nepalí eran hasta ahora los encargados de recoger gran parte de los residuos de la montaña, lo que en muchos casos entrañaba graves riesgos para ellos, sostuvo Bhusal.
Y es que en su descenso hasta el campo base debían atravesar una peligrosa cascada de hielo mientras cargaban con grandes cantidades de basura en sus espaldas.
Campaña de recogida de residuos
El despliegue de los drones coincide con una masiva campaña de recogida de residuos que las autoridades nepalíes pusieron en marcha el pasado 11 de abril, que pretende recolectar diez toneladas de residuos sólidos del Everest (8.848 metros), del Lhotse (8,516 metros) y el Nuptse (7.861 metros).
Esta campaña, en su quinta edición y que finalizará el próximo 5 de junio, servirá también para recuperar al menos cinco cadáveres del Everest.
Alrededor de 1.500 personas, además de guías de montaña y porteadores, escalan cada año la montaña más alta del mundo dejando atrás toneladas de residuos como bombonas vacías de oxígeno o restos de comida, así como excrementos.
El Gobierno de Nepal ha intentado poner freno a la acumulación de basura en el Everest, obligando a partir de 2014 a cada montañista a descender del pico con al menos ocho kilos de basura, con la amenaza de perder un depósito de 4.000 dólares en caso contrario.
Este año, las autoridades hicieron obligatorio el uso de un chip de seguimiento para cada escalador, y obligaron a los escaladores a utilizar bolsas para excrementos o bolsas biodegradables.
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Escuela de El Bolsón, finalista de concurso internacional por combatir la contaminación lumínica
Un centro educativo de esa ciudad rionegrina y la Fundación de Astronomía Osiris forman parte de los 33 finalistas para competir por un premio a la Sostenibilidad con un proyecto para reducir la contaminación lumínica, el derroche de energía y recuperar la conexión con los astros y el cielo
El centro educativo Nuevos Horizontes, de la ciudad rionegrina de El Bolsón, y la Fundación de Astronomía Osiris fueron seleccionadas entre los 33 finalistas, de 5.213 propuestas recibidas, para competir por el Premio Zayed a la Sostenibilidad con el proyecto que propone “reducir la contaminación lumínica, el derroche de energía y recuperar la conexión con los astros y el cielo”.
La contaminación lumínica provoca, entre otras cosas, la alteración de los ciclos naturales de algunas aves que migran con la consecuente pérdida de biodiversidad, así como los gastos innecesarios de energía y el uso ineficiente de los recursos naturales.
Además, el exceso de luminosidad artificial en las ciudades impide tener un cielo para contemplar a partir de un mal aprovechamiento de las luces que, en lugar de estar proyectadas para iluminar lo que realmente se necesita, esos dispositivos lumínicos públicos disponen de un ángulo muy amplio que hace esa luz se propague en múltiples direcciones.
El premio al que aspiran estas instituciones argentinas fue creado en honor al jeque emiratí Zayed bin Sultan Al Nahya y, en esta oportunidad, la competencia se planteó para difundir y proponer ideas prácticas que fomenten la sustentabilidad del medio ambiente, y el proyecto ganador recibirá 100 mil dólares como premio para ser aplicados a su propuesta.
Desde la ciudad cordillerana de El Bolsón un grupo de 30 estudiantes y docentes participó del diseño de este proyecto ecológicamente amigable que logró posicionarse entre los seleccionados en este certamen internacional.
La propuesta apunta a recuperar el cielo nocturno para lograr ver objetos que la contaminación lumínica no permite y, por otro lado, hacer un uso más eficiente y racional de los recursos energéticos.
El coordinador del Grupo Astronómico Osiris, Diego Galperín, explicó que la propuesta consiste “en generar conciencia sobre la problemática de la contaminación lumínica e identificar cuál es el problema de las luces y cómo nos afecta”.
En este sentido agregó que el proyecto busca “concientizar sobre el derroche de energía, el calentamiento global y cómo se produce la energía eléctrica que estamos despilfarrando durante las noches” con el alumbrado público.
“La luz que es tirada por demás sobre nuestras casas y ciudades genera contaminación, problemas de salud, insomnio, estrés, diabetes y cáncer a futuro, porque perdemos el ritmo circadiano de día y noche que debemos tener para vivir sanos y tener una calidad de vida razonable”, específico Galperín.
Y, acotó que “en principio la idea es tomar conciencia escolar sobre esta problemática, luego armar una campaña de concientización en medios masivos y, por último, dialogar con las instituciones intermedias y con el gobierno local para diseñar un plan que mejore el alumbrado público”.
Como plan de acción, si les otorgan el premio, Galperín reveló que el proyecto contempla generar un modelo de gestión para aportar un alumbrado público no contaminante.
Esto, para ellos, y retraducido en el proyecto, implica un “sistema de iluminación respetuosa y a demanda”.
Galperín lo ilustró del siguiente modo: “Si en una cuadra hay un poste de alumbrado público cada 15 o 20 metros significa que habrá cinco o seis postes por cuadra. En ese caso se pueden dejar encendidos dos postes y los otros tres o cuatro se irían encendiendo a medida que las personas se van acercando gracias al bluetooth de los peatones”.
Y explicó que “las luminarias públicas manejadas por bluetooth es un proyecto de iluminación respetuosa y a demanda por el que la iluminación pública estaría conectada a un dispositivo bluetooth que se accionaría a medida que una persona se vaya acercando a un poste de luz público, y se apagaría cuando ese individuo se aleje del mismo”.
“Es como un sensor de proximidad, pero manejado desde un sistema de conexión por bluetooth entre los postes de iluminación y los celulares de los transeúntes, y no por un sistema infrarrojo que activa la presencia corporal de las personas”, concluyó Galperín.
Respecto al trabajo colectivo de las organizaciones que diseñaron la propuesta, el docente de Física de Nuevos Horizontes e integrante del Grupo Astronómico Osiris, Leonardo Heredia, dijo que “el colegio tiene una larga trayectoria participando en proyectos socio ambientales, por lo que era una vía casi natural que se diera este trabajo en conjunto”.
“Los integrantes del Grupo Osiris, que también son estudiantes del colegio, participaron recolectando información acerca del tema, concientizando desde las redes sociales y brindando talleres” a los alumnos y la comunidad, detalló el docente.
Con respecto a la posibilidad de ganar el premio, Heredia dijo que de lograrlo, “estarían ante el verdadero desafío de volcar en la sociedad todo lo que aprendimos y trabajamos”.
“La propuesta presentada está pensada en etapas, y el premio ayudará a allanarlas y concretarlas. Haber llegado hasta acá ya nos llena de orgullo y nos da fuerzas para seguir adelante, más allá del resultado” explicó Heredia.
El docente dijo que “otra expectativa es difundir y promover este tipo de trabajo desarrollado por jóvenes que buscan soluciones”, tras lo cual destacó el compromiso de los participantes y la visión del proyecto “como una oportunidad de hacer su aporte a la solución a un tema que nos afecta a todos”.
“Con los chicos de Osiris estamos muy contentos por la trascendencia que este proyecto está ganando porque es un paso más para recuperar nuestra conexión con los astros y con el cielo” aseveraron los integrantes del equipo de trabajo.
El alumno y también participante del Grupo Astronómico, Neivion Jones, mostró su entusiasmo y explicó que “es un proyecto para la comunidad, no solo para adultos sino también para jóvenes como nosotros”
“El proyecto aprovecha los recursos, hace más eficiente el uso de la energía y recuperar nuestro cielo, que era más limpio”, explicó el joven.
El Premio Zayed a la Sostenibilidad fue instaurado en honor al espíritu humanitario en distintas áreas relacionadas a la lucha contra el cambio climático y dará a conocer a sus ganadores en la ceremonia del 1ro. de diciembre durante la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizará del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.
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El glufosinato, prohibido en la Unión Europea, se utiliza en el trigo transgénico
Investigadores del Conicet y de tres universidades confirmaron, por primera vez, que los herbicidas glifosato y glufosinato de amonio se mezclan con facilidad en el ambiente y generan un nuevo contaminante. Producen severas consecuencias en los anfibios (indicador de lo que podría pasar en humanos). El glufosinato, prohibido en la Unión Europea, se utiliza en el trigo transgénico.
En un estudio multidisciplinario que reunió a diez científicos de tres universidades nacionales, se comprobó que las moléculas de los herbicidas glifosato y glufosinato de amonio pueden agruparse y formar mezclas perjudiciales para el ambiente. Es decir, que originan un nuevo contaminante que puede permanecer en el suelo, el agua y también, por ejemplo, en residuos de silobolsas. Se trata de una de las primeras investigaciones del mundo que explica cómo interactúan dos de los agrotóxicos más utilizados en el campo argentino.
Al mismo tiempo, los investigadores compararon los impactos que el glifosato, el glufosinato y la mezcla de ambos tienen sobre los anfibios. Midieron los efectos ya conocidos de estos agrotóxicos: malformaciones, genotoxicidad, alteraciones hormonales, neurotoxicidad y estrés oxidativo. Entre los principales resultados observaron que el glufosinato de amonio provocó una mayor tasa de malformaciones, así como mayor daño genético y más alteración en los niveles de la hormona T4. En sus conclusiones, advierten: “Se necesita poner un alto urgente a la aprobación continua de cultivos transgénicos resistentes a herbicidas, como el glufosinato de amonio, que carecen de evaluaciones bioéticas y avales científicos multidiscipinarios”.
La primera autora del estudio es Ana Paula Cuzziol Boccioni, investigadora del Laboratorio de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), quien trabajó junto a otros científicos de la UNL, de la Universidad de Córdoba (UNC) y de San Martín (Unsam). Los resultados se publicaron este mes en la revista científica Chemosphere, bajo el título “Evaluación comparativa de la toxicidad crónica individual y mixta del glifosato y el glufosinato de amonio en renacuajos de anfibios: un enfoque de múltiples biomarcadores”. El trabajo fue dedicado a la memoria de Carlos Vicente, referente en la lucha por las semillas libres y la soberanía alimentaria.
Glufosinato de amonio: cada vez más usado
El glifosato y el glufosinato de amonio son herbicidas de amplio espectro que se usan para eliminar todas las plantas excepto los cultivos transgénicos que fueron diseñados para resistirlos. Desde la introducción de los monocultivos industriales con uso de transgénicos y agrotóxicos, a fines de los ‘90, uno de los herbicidas más usados en la Argentina es el glifosato. Sin embargo, como resultado de un proceso natural, con el tiempo algunas especies (llamadas «malezas» por el agronegocio) se hicieron resistentes al veneno. Las empresas del sector comenzaron, entonces, a reemplazarlo por el glufosinato de amonio, que demostró ser cinco veces más tóxico que el glifosato y fue prohibido en la Unión Europea en 2013 por sus efectos en mamíferos y artrópodos.
Hasta el momento, de los 66 cultivos transgénicos de soja, maíz, algodón y trigo aprobados en la Argentina, 31 son resistentes al glufosinato de amonio, de acuerdo al listado de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) comerciales que publica la Secretaría de Agricultura de la Nación. La mayor parte de ellos fueron introducidos en los últimos nueve años.
El caso más reciente es el del trigo transgénico. Se trata del primero en su tipo aprobado en el mundo, desarrollado por el equipo de la investigadora Raquel Chan, de la Universidad del Litoral y el Conicet, y comercializado por la empresa Bioceres a través de contratos de identidad preservada que le permiten cobrar regalías por las semillas. Este trigo es rechazado por diversos sectores. Por un lado, los representantes de la agroindustria temen que afecte las exportaciones a mercados donde se prohíbe o se evita consumir transgénicos. Y, por otro, campesinos, científicos y organizaciones de la sociedad civil plantean que, además del riesgo de que el transgénico contamine a los trigos convencionales y agroecológicos, cuestionan el uso del glufosinato de amonio. Advierten que este agrotóxico no solo permanece en el ambiente, sino que también estará presente como residuo en los alimentos.
Esta falta de evaluación de los riegos ambientales y de salud del trigo transgénico llevaron a que su uso y liberación fueran prohibidos en la provincia de Buenos Aires, en julio pasado, por una sentencia judicial. La medida todavía no se hizo efectiva porque fue apelada y se espera el fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Mar del Plata. En otras provincias, como Santa Fe y Entre Ríos, hay proyectos de ley provinciales y de ordenanzas municipales para prohibir su cultivo.
Glifosato y glufosinato, hallazgos y alarmas
Germán Lener, investigador del Conicet y de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC, fue uno de los responsables de analizar, mediante química computacional, la posibilidad de que moléculas de glifosato y glufosinato de amonio se mezclen en el ambiente. “Vimos que tienden a juntarse con facilidad y a formar una mezcla nueva con enlaces fuertes, que libera energía”, explicó a Agencia Tierra Viva. Y advirtió que esto da lugar a un nuevo contaminante en el ambiente, que puede formar puntos de alta concentración de pesticidas en sistemas acuáticos.
Al mismo tiempo, volvió a advertir sobre un punto ciego y preocupante de los formulados comerciales de estos herbicidas. Tanto el glifosato como el glufosinato son los principios activos de estos productos, pero van acompañados de otras sustancias que permiten, por ejemplo, que el veneno pueda penetrar en las hojas de las plantas. Esas fórmulas se mantienen secretas por derechos de propiedad intelectual, y por lo tanto no se permite a la ciudadanía acceder a esa información.
En este sentido, ya existe un pedido ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación —dentro de una acción de amparo ambiental en defensa del río Paraná— para que se hagan públicos esos formulados. “Lo que se pide es que el Estado Nacional implemente un proceso de revalidación de las autorizaciones de los agrotóxicos, que incluya el acceso a la información y la participación ciudadana”, explicó Fernando Cabaleiro, uno de los abogados que interviene en el caso. La demanda fue presentada en abril de 2021 y se espera que la Corte acepte su competencia.
Daños a los seres vivos
Para el análisis comparado de los efectos del glifosato, el glufosinato y su mezcla, los investigadores expusieron a renacuajos, durante 45 días, a esas sustancias en dosis subletales (concentraciones bajas, a las que pueden estar expuestos en su hábitat natural). Los autores explican que se utilizan anfibios porque sus organismos son sensibles a los contaminantes ambientales y, al mismo tiempo, su desarrollo es similar al de los vertebrados, incluidos los humanos. “La metamorfosis de los anfibios es similar al desarrollo de los vertebrados, como la remodelación intestinal, el desarrollo del cerebro y la diferenciación ósea”, explican en el trabajo.
En la mayoría de los resultados, el glufosinato de amonio resultó más tóxico que el glifosato o que la mezcla de los dos. En cuanto a las malformaciones, comprobaron que a los dos días de exposición las tasas fueron mayores con glufosinato. En relación al daño en el ADN, evaluado a través de un estudio conocido como ensayo cometa, los resultados también fueron mayores con glufosinato (59 por ciento) que con glifosato o la mezcla (40 por ciento). Estos análisis de genotoxicidad (que se realizan también en humano) son relevantes —entre otras razones— para la prevención de futuras enfermedades. En cuanto a los niveles de la hormona T4, el glufosinato produjo un aumento mayor que en los otros dos casos.
También se midieron indicadores de neurotoxicidad, que significa que la sustancia puede inhibir la transmisión de los impulsos nerviosos. En este caso, dieron más altos para el glifosato.
En el análisis de los indicadores de estrés oxidativo, en todos los casos se vieron desbalances. Las investigadoras Carolina Aronzon y Julieta Peluso, del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Unsam, que participaron del estudio, explicaron que el estrés oxidativo consiste en alteraciones en los procesos de oxidación de moléculas del organismo, que pueden ser proteínas, lípidos o ADN. Estas alteraciones pueden generar problemas en el metabolismo y mal funcionamiento del organismo.
Junto con Cuzziol Boccioni, Lener, Aronzon y Peluso, trabajaron en el estudio las y los investigadores Paola Peltzer, Andrés Attademo, María Simoniello, Luisina Demonte, María Repetti y Rafael Lajmanovich.
Nueva iniciativa para evitar que más residuos lleguen a los rellenos sanitarios
ReCCUpero es una iniciativa que tiene como objetivo recuperar envases, empaques y embalajes luego del consumo de bebidas y alimentos en bares, restaurantes y drugstores.
De esta forma, se reduce el impacto ambiental ya que esos residuos ya no llegan a un basural o a un relleno sanitario, se generan oportunidades laborales en el nuevo segmento de trabajos verdes, regresan materiales al circuito a un precio competitivo y se promueve una cultura de la separación en origen junto a cooperativas locales, consumidores, equipos de negocios gastronómicos y transportistas.
¿Cómo funciona ReCCUpero?
Una vez identificado el tipo y cantidad de residuos que cada local gastronómico genera, se organizan los contenedores que ayudarán a separar cada material; el equipo del restó, bar o drugstore avisa al recuperador (Usina Eco en Luján; Fundación CeoSol en Salta y el Municipio de Santa Fé en Santa Fé) que los cestos están llenos a través de una aplicación (Greener) que conforma una ruta entre los actores locales de cada ciudad.
Al día siguiente el vehículo del recuperador pasa a retirar los materiales y verifica volumen y peso; los reciclables son enfardados por los recuperadores e insertados nuevamente en el circuito productivo. Así, cada viaje recupera materiales y se logra una medición del volumen que tiene su traducción en valor social, económico y ambiental. Cuando un consumidor ve los distintivos en la puerta del local sabe que luego de disfrutar su comida, ningún residuo reciclable terminará en la basura.
¿Dónde funciona?
La iniciativa se lanza por primera vez en Santa Fe, Luján y Salta, ciudades donde CCU Argentina tiene cervecerías. Luego de la evaluación de esta etapa local, se buscará sumar más actores y geografías
Los bares, drugstores y restaurantes adheridos a ReCCUpero garantizan que los envases y embalajes de los productos que se consumen ahí, recorran un ciclo de separación, diferenciación y reciclado que asegura su regreso al ciclo productivo y recuperen su valor.
En cada ciudad, CCU coordinó con el municipio local y una cooperativa de recuperadores urbanos una logística de clasificación y retiro de los materiales. Además, se ocupó del sistema de cestos para cada local gastronómico y juntó a cada actor en una mesa redonda de colaboración. Por su parte, la empresa de tecnología Greener se encarga del desarrollo de la aplicación, del registro y reporte diario del proceso, asegurando su trazabilidad.
“Somos muy conscientes de que todas nuestras acciones tienen un impacto ambiental, económico, social y cultural. En nuestras metas Planeta 2030 establecimos que el 100% de nuestros envases y embalajes serán reciclables, compostables o reutilizables y que estarán compuestos de, al menos, un 50% de material reciclado. Hoy valorizamos el 99.4% de nuestros residuos en las cervecerías y queremos ser parte del proceso post consumo para ofrecer soluciones de impacto,” destacó Juan Pablo Barrale, Gerente de Asuntos Corporativos de CCU Argentina.
“En el Partido de Luján se encuentra el basural más grande de la República Argentina, por extensión (más de 12 hectáreas), antigüedad (50 años) y descuido (vuelcos de residuos sin tratamiento por más de 50 años). Esto conllevó a un plan estratégico para remediar este enorme pasivo socioambiental y sanitario. Hoy desde el Municipio, a través de las Direcciones de Gestión Ambiental y Residuos Sólidos Urbanos, estamos afianzando un proyecto de saneamiento y emplazamiento de Complejo Ambiental con planta de tratamiento y relleno sanitario. Esto tiene que ir de la mano de iniciativas que promuevan la separación en origen y compostaje, para poder darle una respuesta integral, sustentable y estructural a un problema histórico.”, afirma Braian Vega, Director de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Luján.
En tanto, el Secretario de Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe, Franco Ponce de León, afirmó: “Resaltamos la posibilidad de llevar a cabo programas como Reccupero, donde se ve materializado el compromiso de las empresas, comerciantes y vecinos. Lo decimos desde hace tiempo, el camino para cuidar nuestra casa común es en equipo, debemos poder trabajar en conjunto todos los actores sociales”.