Contaminación

Transformó un consejo de la abuela en un proyecto para salvar el agua y lo eligieron como uno de los emprendedores del año

Martín Brochiero, de apenas 25 años, diseñó un producto para solidificar el aceite de cocina y evitar la contaminación que se genera cuando es desechado en las cañerías.
Una vez solidificado, el aceite puede ser arrojado a la basura para que termine en un relleno sanitario, donde se degradará a los seis meses sin filtrarse a las napas; compostarse para transformarse en tierra o usarse como materia prima para la fabricación de velas. 
El producto es biodegradable y no contamina. Ecofrit: una opción para transformar el aceite frito en residuo sólido
Se trata de una fórmula que no existía en el país y colabora con una problemática ambiental que afecta al agua potable. Se estima que se desechan más de 100 millones de litros al año.
Especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial y la empresa Droar desarrollaron un producto biodegradable denominado Ecofrit que solidifica el aceite de freír usado y lo transforma en un residuo compacto que se arroja a la basura sin contaminar las cañerías. Se trata de un producto que no existía en el país y colabora con una problemática ambiental que afecta al agua potable.
“Ecofrit es un producto de origen vegetal que solidifica el aceite de freír usado. Una vez que se cocina, se usa el aceite en caliente, se agrega este producto y cuando se enfría se endurece. Esto permite removerlo del recipiente de cocción de forma sólida y tirarlo al tacho de basura sin tener que juntarlo en una botella o tirarlo por el desagüe”, destaca Paulina Lloret, integrante del Laboratorio de Formulaciones de Productos Industriales del INTI.
El desecho inadecuado de aceite es perjudicial para el ambiente. Según se estima, un litro puede contaminar desde mil hasta 40 mil litros de agua si es vertido por las tuberías: genera bacterias, malos olores y tapa las cañerías. Además, si llega a un curso abierto, reduce su oxigenación y pone en riesgo a las especies que habitan allí.
Por eso, el titular de Droar Martín Briochero se acercó al INTI con la inquietud de desarrollar un solidificante de aceites de freír que sea biodegradable, amigable con el ambiente y de origen vegetal. Así, desde el Laboratorio de Formulaciones Industriales comenzaron a buscar una opción apta para los distintos tipos de aceites que hay en el mercado, girasol, soja y maíz principalmente. Luego de realizar diferentes pruebas, el equipo logró el producto final.
El uso de aceite es una práctica habitual en el país, tanto para condimentar como para freír. Según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), el consumo total solo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires supera los 60 millones de litros por año.
Aunque en distintos lugares del mundo está extendido su buen manejo una vez que es utilizado, todavía queda camino por recorrer en Argentina. En 2022, un informe elaborado por la Facultad de Agronomía de la UBA y la empresa DH-SH dio cuenta que más de la mitad de las personas nunca recupera el aceite de freír. Solo un 22 por ciento lo hace de forma regular y el resto ocasionalmente.
Además, la investigación afirma que se desechan al año más de 100 millones de litros de aceite vegetal usado y que los mayores responsables de su mala gestión son los “generadores domiciliarios”.
Aunque en principio Ecofrit está pensado para evitar la contaminación de los cursos de agua y reducir el impacto ambiental, también podría usarse para otras aplicaciones. Por su parte, la tarea del Laboratorio no se detiene: continúan las asesorías, aseguramientos y desarrollos para pymes. “Se acercan a nosotros con alguna inquietud, principalmente para mejorar o reemplazar algún producto en la formulación, y buscamos alternativas para potenciarlo”, resalta Lloret.

Escuela de El Bolsón, finalista de concurso internacional por combatir la contaminación lumínica

Un centro educativo de esa ciudad rionegrina y la Fundación de Astronomía Osiris forman parte de los 33 finalistas para competir por un premio a la Sostenibilidad con un proyecto para reducir la contaminación lumínica, el derroche de energía y recuperar la conexión con los astros y el cielo

El centro educativo Nuevos Horizontes, de la ciudad rionegrina de El Bolsón, y la Fundación de Astronomía Osiris fueron seleccionadas entre los 33 finalistas, de 5.213 propuestas recibidas, para competir por el Premio Zayed a la Sostenibilidad con el proyecto que propone “reducir la contaminación lumínica, el derroche de energía y recuperar la conexión con los astros y el cielo”.

La contaminación lumínica provoca, entre otras cosas, la alteración de los ciclos naturales de algunas aves que migran con la consecuente pérdida de biodiversidad, así como los gastos innecesarios de energía y el uso ineficiente de los recursos naturales.

Además, el exceso de luminosidad artificial en las ciudades impide tener un cielo para contemplar a partir de un mal aprovechamiento de las luces que, en lugar de estar proyectadas para iluminar lo que realmente se necesita, esos dispositivos lumínicos públicos disponen de un ángulo muy amplio que hace esa luz se propague en múltiples direcciones.

El premio al que aspiran estas instituciones argentinas fue creado en honor al jeque emiratí Zayed bin Sultan Al Nahya y, en esta oportunidad, la competencia se planteó para difundir y proponer ideas prácticas que fomenten la sustentabilidad del medio ambiente, y el proyecto ganador recibirá 100 mil dólares como premio para ser aplicados a su propuesta.

Desde la ciudad cordillerana de El Bolsón un grupo de 30 estudiantes y docentes participó del diseño de este proyecto ecológicamente amigable que logró posicionarse entre los seleccionados en este certamen internacional.

La propuesta apunta a recuperar el cielo nocturno para lograr ver objetos que la contaminación lumínica no permite y, por otro lado, hacer un uso más eficiente y racional de los recursos energéticos.

Generar conciencia sobre la problemática de la contaminación

El coordinador del Grupo Astronómico Osiris, Diego Galperín, explicó que la propuesta consiste “en generar conciencia sobre la problemática de la contaminación lumínica e identificar cuál es el problema de las luces y cómo nos afecta”.

En este sentido agregó que el proyecto busca “concientizar sobre el derroche de energía, el calentamiento global y cómo se produce la energía eléctrica que estamos despilfarrando durante las noches” con el alumbrado público.

“La luz que es tirada por demás sobre nuestras casas y ciudades genera contaminación, problemas de salud, insomnio, estrés, diabetes y cáncer a futuro, porque perdemos el ritmo circadiano de día y noche que debemos tener para vivir sanos y tener una calidad de vida razonable”, específico Galperín.

Y, acotó que “en principio la idea es tomar conciencia escolar sobre esta problemática, luego armar una campaña de concientización en medios masivos y, por último, dialogar con las instituciones intermedias y con el gobierno local para diseñar un plan que mejore el alumbrado público”.

Como plan de acción, si les otorgan el premio, Galperín reveló que el proyecto contempla generar un modelo de gestión para aportar un alumbrado público no contaminante.

Esto, para ellos, y retraducido en el proyecto, implica un “sistema de iluminación respetuosa y a demanda”.

Galperín lo ilustró del siguiente modo: “Si en una cuadra hay un poste de alumbrado público cada 15 o 20 metros significa que habrá cinco o seis postes por cuadra. En ese caso se pueden dejar encendidos dos postes y los otros tres o cuatro se irían encendiendo a medida que las personas se van acercando gracias al bluetooth de los peatones”.

Y explicó que “las luminarias públicas manejadas por bluetooth es un proyecto de iluminación respetuosa y a demanda por el que la iluminación pública estaría conectada a un dispositivo bluetooth que se accionaría a medida que una persona se vaya acercando a un poste de luz público, y se apagaría cuando ese individuo se aleje del mismo”.

“Es como un sensor de proximidad, pero manejado desde un sistema de conexión por bluetooth entre los postes de iluminación y los celulares de los transeúntes, y no por un sistema infrarrojo que activa la presencia corporal de las personas”, concluyó Galperín.

Un aporte a la solución de un problema que afecta a todos

Respecto al trabajo colectivo de las organizaciones que diseñaron la propuesta, el docente de Física de Nuevos Horizontes e integrante del Grupo Astronómico Osiris, Leonardo Heredia, dijo que “el colegio tiene una larga trayectoria participando en proyectos socio ambientales, por lo que era una vía casi natural que se diera este trabajo en conjunto”.

“Los integrantes del Grupo Osiris, que también son estudiantes del colegio, participaron recolectando información acerca del tema, concientizando desde las redes sociales y brindando talleres” a los alumnos y la comunidad, detalló el docente.

Con respecto a la posibilidad de ganar el premio, Heredia dijo que de lograrlo, “estarían ante el verdadero desafío de volcar en la sociedad todo lo que aprendimos y trabajamos”.

“La propuesta presentada está pensada en etapas, y el premio ayudará a allanarlas y concretarlas. Haber llegado hasta acá ya nos llena de orgullo y nos da fuerzas para seguir adelante, más allá del resultado” explicó Heredia.

El docente dijo que “otra expectativa es difundir y promover este tipo de trabajo desarrollado por jóvenes que buscan soluciones”, tras lo cual destacó el compromiso de los participantes y la visión del proyecto “como una oportunidad de hacer su aporte a la solución a un tema que nos afecta a todos”.

“Con los chicos de Osiris estamos muy contentos por la trascendencia que este proyecto está ganando porque es un paso más para recuperar nuestra conexión con los astros y con el cielo” aseveraron los integrantes del equipo de trabajo.

El alumno y también participante del Grupo Astronómico, Neivion Jones, mostró su entusiasmo y explicó que “es un proyecto para la comunidad, no solo para adultos sino también para jóvenes como nosotros”

“El proyecto aprovecha los recursos, hace más eficiente el uso de la energía y recuperar nuestro cielo, que era más limpio”, explicó el joven.

El Premio Zayed a la Sostenibilidad fue instaurado en honor al espíritu humanitario en distintas áreas relacionadas a la lucha contra el cambio climático y dará a conocer a sus ganadores en la ceremonia del 1ro. de diciembre durante la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizará del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.

Tema: Especialistas de Santa Fe desarrollan insumos ecológicos para la producción agropecuaria.

Investigadores de Reconquista, provincia de Santa Fe, montaron una fábrica que genera insumos para la producción agropecuaria a partir de extractos vegetales y animales. A través de métodos naturales que no requieren el uso de químicos, el objetivo es reemplazar los productos tradicionales que se aplican sobre los cultivos por un sistema que no dañe el ambiente ni la salud humana.
Federico Pognante, ingeniero agrónomo y especialista en agroecología, cuenta: “En esta fábrica generamos bioinsumos, es decir, productos líquidos o sólidos elaborados con todo tipo de extractos vegetales y minerales que, a través de procesos como la fermentación, son aplicados en la producción agropecuaria”.
Las materias primas que utilizan los especialistas van desde la cáscara de huevo, hueso calcinado molido y cascarilla de arroz, hasta plantas como la ortiga, la cola de caballo, el fruto del paraíso, la hoja de la ruda, el ají picante o la albahaca. También, usan bosta de vaca, tierra de monte, levadura, leche ordeñada sin pasteurizar y minerales como sulfato de cobre, azufre y ceniza de madera.
Con estos ingredientes elaboran fertilizantes líquidos y sólidos para mejorar el crecimiento de los cultivos. También fabrican repelentes de insectosinsecticidas, fungicidas (productos diseñados para prevenir o eliminar el crecimiento de hongos) e insumos naturales para prevenir enfermedades en la producción animal.
Paradigma sustentable
La Biofábrica Reconquista, que depende del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), lleva adelante la agroecología, un paradigma que propone el desarrollo rural sustentable a través de una agricultura económicamente viable que cuide los recursos naturales del ambiente.
Trabajamos con los pequeños productores de familias agricultoras que poseen saberes y conocimientos ancestrales en torno al uso de las plantas. Muchas veces se utilizan principios activos que tienen para repeler insectos, nutrir los cultivos o curar una enfermedad de un animal”, explica Pognante.
El personal de la fábrica no solo está compuesto por ingenieros, sino también por trabajadoras sociales y veterinarios. “Algunos trabajamos con extractos vegetales para generar fertilizantes y otros con extractos animales para producir antiparasitarios y garrapaticidas”, resalta.
Impactos negativos
En el último tiempo, la demanda mundial de alimentos aumentó y provocó la expansión de la actividad agrícola y, con ella, la utilización intensiva de agroquímicos. Sin embargo, diversos estudios demostraron que su uso excesivo puede causar impactos negativos en los suelos, los ecosistemas y la salud animal. Además, en las personas puede generar intoxicaciones, trastornos fisiológicos, comportamentales y reproductivos.
Según la Organización Mundial de la Salud, en la actualidad se utilizan más de mil productos en todo el planeta para garantizar que las plagas no dañen ni destruyan los alimentos. La toxicidad de cada uno depende de su función: por ejemplo, los insecticidas tienden a ser más tóxicos para las personas que los herbicidas. A su vez, una misma sustancia química puede tener efectos distintos en diferentes dosis y las consecuencias varían si fue ingerida, inhalada o estuvo en contacto directo con la piel.
En Argentina existen más de 400 principios activos registrados que se utilizan para formular agroquímicos; algunos de ellos son de producción nacional y otros importados y reformulados para su uso. Además, el país forma parte de acuerdos como los convenios de Estocolmo y Rotterdam, que apuntan a mitigar el impacto a la salud y al ambiente de productos químicos peligrosos.
Un futuro mejor
Ante este panorama, los investigadores buscan opciones a los agroquímicos y las ventajas de la agroecología se hacen presentes. En este sentido, Pognante detalla: “La producción agroecológica u orgánica apunta a tener alimentos sanos y saludables, lo que responde a una demanda cada vez mayor. Los bioinsumos que generamos no provocan daño en el ambiente, no son tóxicos para el ser humano y, al no utilizar productos químicos, tienen un costo más bajo”.
Aunque a largo plazo el objetivo es producir y comercializar estos insumos a gran escala, el ingeniero agrónomo explica: “Lo que más nos interesa hoy es fabricar estos productos para investigar y probar su efectividad. Por ejemplo, estamos explorando cuántas dosis de tal insumo son necesarias, qué acciones tiene o cuál es la fecha de vencimiento”.
Además de funcionar como fábrica, este espacio capacita y forma a estudiantes, productores y técnicos interesados. “Les mostramos los productos que fabricamos y cómo pueden hacerlo ellos para que luego lo repliquen en sus fincas”, destaca.

San Carlos, el pueblo salteño al que le niegan el agua y le imponen un parque solar

En el corazón de los Valles Calchaquíes, un pueblo expresa su rechazo al avance del modelo extractivo, exige que se cumpla el derecho humano al agua y se resiste a convertirse en una nueva “zona de sacrificio”. En pleno siglo XXI, tienen que recurrir a un camión aguatero mientras los gobiernos le niegan las obras para proveerse del recurso esencial para la vida.
El pueblo de San Carlos está ubicado al sur de la provincia de Salta, sobre la Ruta Nacional 40, a 22 kilómetros de la localidad de Cafayate y a 200 kilómetros la capital provincial. Allí viven 3.300 habitantes que tienen como principales actividades económicas el agro, el turismo y la artesanía textil y en cerámica. Pero, en pleno siglo XXI utilizan camiones aguateros —por el agua contaminada con boro y arsénico— y cuestiona la instalación de un megaparque solar que —tras un discurso verde— tendrá consecuencias negativas.
Agua contaminada y obras frenadas
A pesar de haber sido declarado “lugar mágico” en 2018, San Carlos no cuenta con agua potable. Desde la década del noventa el agua que abastece a los hogares del pueblo, en vez de provenir de las vertientes de los cerros precordilleranos como solía hacerlo, proviene de pozos automatizados que extraen agua de la cuenca del Río Calchaquí. Es por ello que desde hace más de dos décadas la población de San Carlos consume agua con altos niveles de boro y arsénico.
Según informan sus integrantes, durante estos años han sido muchas las gestiones y las promesas realizadas por los diferentes gobiernos de turno, tanto a nivel local como provincial. Mónica Giménez, vecina e integrante de la asamblea señaló: “Por alguna razón que desconocemos no quieren realizar las obras que se necesitan. Al comienzo negaban el problema, decían que el agua era buena, pero desde hace varios años hasta la empresa proveedora, Aguas del Norte, lo reconoció (que está contaminada) y ya no cobra el servicio”.
En los últimos años ha habido resoluciones, intimaciones a la empresa por parte del Ente Regulador de Servicios Públicos (Enresp), diversos proyectos de inversión, pero ninguno dio resolución al problema. Entre esas inversiones puede mencionarse la instalación en 2019 de una planta de ósmosis inversa para purificar el agua de uno de los pozos.
Desde la Asamblea, desde un primer momento, declararon ante las autoridades provinciales y locales su desacuerdo con la iniciativa señalando que no resolvería el problema y que, por el contrario, implicaría un mayor gasto de energía y un costo para el municipio. De cualquier modo, a pesar de haberse destinado más de cuatro millones de pesos, la planta nunca fue puesta en funcionamiento.
Mientras tanto, desde 2020, vecinos y vecinas de San Carlos buscan agua con sus bidones a un camión aguatero que se encuentra estacionado en la plaza principal, gracias a la iniciativa de una familia del pueblo que aporta el camión y el trabajo de buscar varias veces a la semana agua sana en la vecina localidad de Animaná.
Desde la Asamblea por el Agua Sana se convocó a técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para la realización de estudios en la zona. Se confirmaron las elevadas cantidades de arsénico y boro en los pozos existentes en la zona de San Carlos y se elaboró una propuesta de obra para el abastecimiento de agua sana a partir de la realización de un pozo sobre el río San Antonio (en la vecina localidad de Animaná) y un acueducto de diez kilómetros hasta El Barrial y San Carlos.
La propuesta fue aprobada por el gobierno provincial en 2021, pero aún no se concretó. “Lo que el INTI propuso es un proyecto de captación de agua, y con respecto a eso no sabemos qué pasa, pero la provincia y el municipio están negados con el tema del agua y no quieren solucionarlo porque evidentemente la solución no es cara y es bastante accesible”, sostuvo la asambleísta Mónica Giménez. Sospechan que las obras tocan intereses de empresarios bodegueros, como es el caso de la familia Murga, que hacen lo posible por impedir que el proyecto avance.
Un parque solar cuestionado en San Carlos
En noviembre de 2022, el pueblo de San Carlos se anotició de que a tan solo 1500 metros de la plaza del pueblo la empresa Central Puerto quería instalar un parque solar. Con el proyecto se ocuparían 35 hectáreas para la instalación de 33.000 paneles solares para la generación de quince mega-watt (MW) en el marco de lo que se denomina Mercado a Término de las Energías Renovables (Mater) que provee de energía a “grandes usuarios” (que tienen demandas de potencia iguales o mayores a 300 kilo-watt (KW).
Luego de evaluar la situación, buscando información y asesorándose por sus propios medios, vecinos y vecinas de San Carlos presentaron una nota con más de 300 firmas donde alertaban al intendente, Héctor Raúl “Rulo” Vargas; a la senadora provincial por el departamento, Sonia Magno; al concejo deliberante local y a la Secretaría de Minería y Energía de la provincia. Remarcaron que el parque solar que se quiere instalar “se trata de un negocio para pocos que no beneficia en absolutamente nada a nuestro pueblo, por el contrario, tiene impactos negativos con importantes perjuicios para nuestra comunidad”.
Frente a las expectativas que pudiera generar este tipo de inversiones, la misma empresa afirmó en una reunión informativa en noviembre de 2022 que la instalación del parque solar no generaría una cantidad significativa de fuentes de trabajo.
Solo los primeros meses se contrataría a algunas personas para el desmonte y la preparación del terreno, y luego el parque operaría con dos o tres puestos de trabajo calificados, externos al pueblo. Esto ya ha sucedido con el parque solar instalado en Cafayate en 2019, donde no solo actualmente son pocos los operarios activos, sino que a quienes han contratado para la instalación de los paneles les han quedado debiendo sus jornales.
¿Energía verde para las mineras?
Otra vecina de la Asamblea por el Agua Sana, Luciana García Guerreiro, advirtió que “vienen con el discurso de las energías ‘limpias’ y de la transición energética, pero sabemos que es para expandir el modelo extractivista minero en la zona”. Afirmó que la energía que se generaría en el parque solar no será para abastecer al pueblo de San Carlos, sino para proveer a grandes usuarios, a empresas mineras que precisan cumplir con los compromisos de un porcentaje de su consumo energético de fuentes renovables.
El Concejo Deliberante de San Carlos, al igual que su par de la localidad de Cachi, el 13 de junio pasado emitió la ordenanza 07/23 que declara a San Carlos como “Municipio No Tóxico y Ambientalmente Sustentable”, prohibiendo toda actividad minera contaminante en su territorio.
Desde la Asamblea resaltan que el vínculo entre parque solar y minería resulta ineludible, teniendo en cuenta que las mineras —en tanto grandes usuarios de energía y según Ley 27.191—, deben cumplir antes de finalizado el 2023 con un mínimo de 18 por ciento de sus consumos energéticos provenientes de fuentes renovables. De allí que en las cercanías de los emprendimientos mineros se encuentren parques solares, como es el caso de Cauchari.
En ese marco, desde la Asamblea por el agua sana advierten que proyectos como el Parque Solar San Carlos resultan fundamentales para expandir el modelo extractivista minero. “De avanzar con estos proyectos, el Valle Calchaquí se terminará convirtiendo en un gran espejo de paneles solares, con el daño ambiental y social que eso podría conllevar”, señaló García Guerreiro.
Impactos negativos y complicidades
Entre los impactos negativos señalados en la nota los vecinos y las vecinas sostienen que:
-Tienen que hacer movimientos de suelo para la nivelación del terreno, lo cual provocaría desvío de cursos de agua y posibles inundaciones en San Carlos y Barrial.
-Necesita usar agua para limpieza y enfriamiento de paneles, en un pueblo con serias deficiencias en la disponibilidad de agua.
-Afecta a la producción local (ganadería, agricultura y artesanía).
-La energía producida sería para vender sólo a grandes usuarios, como empresas megamineras (no es para el pueblo).
-Prácticamente no genera puestos de trabajo (tres empleados calificados en su fase operativa).
-Genera impactos por la exposición a campos electromagnéticos.
Por otro lado, observan que el tamaño del parque solar equivaldría a prácticamente el tamaño de la zona urbanizada del pueblo y que las transformaciones en el paisaje y el movimiento de suelo que deben realizarse para la instalación de los paneles podrían ocasionar importantes inundaciones en la zona del paraje El Barrial. Algo que, según mencionan los barrialistos, ya sucedió en diciembre de 2018 cuando un empresario modificó el cauce de los ríos allí mismo donde desea instalarse el parque solar de Central Puerto.
“Ya hemos tenido este problema cuando se crearon defensas sobre el río Seco, en el camino a San Lucas, lo que nos ha perjudicado en más de dos oportunidades, porque ha inundado fincas, ha roto acequias, cercos, y lo más grave y que ha afectado a varias familias de El Barrial es que el agua se ha metido adentro de las casas”, afirmó Ramón Atilio “Chito” Rodríguez, vecino integrante de la asamblea.
El lugar donde se proyecta realizar este emprendimiento se encuentra a pocos metros del centro del pueblo y es parte de territorio comunitario indígena de la Comunidad Diaguita Calchaquí Condorhuasi, relevado por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) en el marco de la Ley 26.160.
El 16 de junio pasado, la empresa junto con el gobierno provincial convocó a una audiencia pública para presentar el informe de impacto ambiental y social a la población de San Carlos. Sin embargo, la audiencia debió ser suspendida por irregularidades en su realización. Héctor Raúl Vargas, el intendente del pueblo, por su parte, no dio respuesta a las reiteradas solicitudes y presentaciones realizadas por la población, e incluso, según consta en el expediente del proyecto del Parque Solar San Carlos (Expediente 0090302-226115/2022-0 de la Secretaría de Minería y Energía de la provincia de Salta), el ejecutivo municipal no habría dicho la verdad en noviembre de 2022 cuando dijo públicamente que no sabía del proyecto, mientras —según consta en el expediente— ya había dado su aval para la instalación de la empresa.
Energías renovables y cultura ancestral
El último mes, vecinos y vecinas de la localidad presentaron un proyecto de ordenanza al concejo deliberante local en el cual proponen el fomento de la utilización de energías renovables a nivel familiar y comunitario, y la regulación de la instalación de grandes parques solares, limitando su dimensión y estableciendo una distancia mínima de los mismos respecto del pueblo. Dicha propuesta actualmente se encuentra en evaluación.
Julieta Yañez, vecina e integrante de la asamblea concluyó: “Aquí hay un pueblo con una cultura ancestral, que basa su economía en la belleza de su naturaleza, en sus saberes artesanales y su producción agropecuaria. Este proyecto de parque solar no viene a fortalecer eso, sino a desequilibrarlo”.

El glufosinato, prohibido en la Unión Europea, se utiliza en el trigo transgénico

Investigadores del Conicet y de tres universidades confirmaron, por primera vez, que los herbicidas glifosato y glufosinato de amonio se mezclan con facilidad en el ambiente y generan un nuevo contaminante. Producen severas consecuencias en los anfibios (indicador de lo que podría pasar en humanos). El glufosinato, prohibido en la Unión Europea, se utiliza en el trigo transgénico.

En un estudio multidisciplinario que reunió a diez científicos de tres universidades nacionales, se comprobó que las moléculas de los herbicidas glifosato y glufosinato de amonio pueden agruparse y formar mezclas perjudiciales para el ambiente. Es decir, que originan un nuevo contaminante que puede permanecer en el suelo, el agua y también, por ejemplo, en residuos de silobolsas. Se trata de una de las primeras investigaciones del mundo que explica cómo interactúan dos de los agrotóxicos más utilizados en el campo argentino.

Al mismo tiempo, los investigadores compararon los impactos que el glifosato, el glufosinato y la mezcla de ambos tienen sobre los anfibios. Midieron los efectos ya conocidos de estos agrotóxicos: malformaciones, genotoxicidad, alteraciones hormonales, neurotoxicidad y estrés oxidativo. Entre los principales resultados observaron que el glufosinato de amonio provocó una mayor tasa de malformaciones, así como mayor daño genético y más alteración en los niveles de la hormona T4. En sus conclusiones, advierten: “Se necesita poner un alto urgente a la aprobación continua de cultivos transgénicos resistentes a herbicidas, como el glufosinato de amonio, que carecen de evaluaciones bioéticas y avales científicos multidiscipinarios”.

La primera autora del estudio es Ana Paula Cuzziol Boccioni, investigadora del Laboratorio de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), quien trabajó junto a otros científicos de la UNL, de la Universidad de Córdoba (UNC) y de San Martín (Unsam). Los resultados se publicaron este mes en la revista científica Chemosphere, bajo el título “Evaluación comparativa de la toxicidad crónica individual y mixta del glifosato y el glufosinato de amonio en renacuajos de anfibios: un enfoque de múltiples biomarcadores”. El trabajo fue dedicado a la memoria de Carlos Vicente, referente en la lucha por las semillas libres y la soberanía alimentaria.

Glufosinato de amonio: cada vez más usado

El glifosato y el glufosinato de amonio son herbicidas de amplio espectro que se usan para eliminar todas las plantas excepto los cultivos transgénicos que fueron diseñados para resistirlos. Desde la introducción de los monocultivos industriales con uso de transgénicos y agrotóxicos, a fines de los ‘90, uno de los herbicidas más usados en la Argentina es el glifosato. Sin embargo, como resultado de un proceso natural, con el tiempo algunas especies (llamadas «malezas» por el agronegocio) se hicieron resistentes al veneno. Las empresas del sector comenzaron, entonces, a reemplazarlo por el glufosinato de amonio, que demostró ser cinco veces más tóxico que el glifosato y fue prohibido en la Unión Europea en 2013 por sus efectos en mamíferos y artrópodos.

Hasta el momento, de los 66 cultivos transgénicos de soja, maíz, algodón y trigo aprobados en la Argentina, 31 son resistentes al glufosinato de amonio, de acuerdo al listado de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) comerciales que publica la Secretaría de Agricultura de la Nación. La mayor parte de ellos fueron introducidos en los últimos nueve años.

El caso más reciente es el del trigo transgénico. Se trata del primero en su tipo aprobado en el mundo, desarrollado por el equipo de la investigadora Raquel Chan, de la Universidad del Litoral y el Conicet, y comercializado por la empresa Bioceres a través de contratos de identidad preservada que le permiten cobrar regalías por las semillas. Este trigo es rechazado por diversos sectores. Por un lado, los representantes de la agroindustria temen que afecte las exportaciones a mercados donde se prohíbe o se evita consumir transgénicos. Y, por otro, campesinos, científicos y organizaciones de la sociedad civil plantean que, además del riesgo de que el transgénico contamine a los trigos convencionales y agroecológicos, cuestionan el uso del glufosinato de amonio. Advierten que este agrotóxico no solo permanece en el ambiente, sino que también estará presente como residuo en los alimentos.

Esta falta de evaluación de los riegos ambientales y de salud del trigo transgénico llevaron a que su uso y liberación fueran prohibidos en la provincia de Buenos Aires, en julio pasado, por una sentencia judicial. La medida todavía no se hizo efectiva porque fue apelada y se espera el fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Mar del Plata. En otras provincias, como Santa Fe y Entre Ríos, hay proyectos de ley provinciales y de ordenanzas municipales para prohibir su cultivo.

Glifosato y glufosinato, hallazgos y alarmas

Germán Lener, investigador del Conicet y de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC, fue uno de los responsables de analizar, mediante química computacional, la posibilidad de que moléculas de glifosato y glufosinato de amonio se mezclen en el ambiente. “Vimos que tienden a juntarse con facilidad y a formar una mezcla nueva con enlaces fuertes, que libera energía”, explicó a Agencia Tierra Viva. Y advirtió que esto da lugar a un nuevo contaminante en el ambiente, que puede formar puntos de alta concentración de pesticidas en sistemas acuáticos.

Al mismo tiempo, volvió a advertir sobre un punto ciego y preocupante de los formulados comerciales de estos herbicidas. Tanto el glifosato como el glufosinato son los principios activos de estos productos, pero van acompañados de otras sustancias que permiten, por ejemplo, que el veneno pueda penetrar en las hojas de las plantas. Esas fórmulas se mantienen secretas por derechos de propiedad intelectual, y por lo tanto no se permite a la ciudadanía acceder a esa información.

En este sentido, ya existe un pedido ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación —dentro de una acción de amparo ambiental en defensa del río Paraná— para que se hagan públicos esos formulados. “Lo que se pide es que el Estado Nacional implemente un proceso de revalidación de las autorizaciones de los agrotóxicos, que incluya el acceso a la información y la participación ciudadana”, explicó Fernando Cabaleiro, uno de los abogados que interviene en el caso. La demanda fue presentada en abril de 2021 y se espera que la Corte acepte su competencia.

Daños a los seres vivos

Para el análisis comparado de los efectos del glifosato, el glufosinato y su mezcla, los investigadores expusieron a renacuajos, durante 45 días, a esas sustancias en dosis subletales (concentraciones bajas, a las que pueden estar expuestos en su hábitat natural). Los autores explican que se utilizan anfibios porque sus organismos son sensibles a los contaminantes ambientales y, al mismo tiempo, su desarrollo es similar al de los vertebrados, incluidos los humanos. “La metamorfosis de los anfibios es similar al desarrollo de los vertebrados, como la remodelación intestinal, el desarrollo del cerebro y la diferenciación ósea”, explican en el trabajo.

En la mayoría de los resultados, el glufosinato de amonio resultó más tóxico que el glifosato o que la mezcla de los dos. En cuanto a las malformaciones, comprobaron que a los dos días de exposición las tasas fueron mayores con glufosinato. En relación al daño en el ADN, evaluado a través de un estudio conocido como ensayo cometa, los resultados también fueron mayores con glufosinato (59 por ciento) que con glifosato o la mezcla (40 por ciento). Estos análisis de genotoxicidad (que se realizan también en humano) son relevantes —entre otras razones— para la prevención de futuras enfermedades. En cuanto a los niveles de la hormona T4, el glufosinato produjo un aumento mayor que en los otros dos casos.

También se midieron indicadores de neurotoxicidad, que significa que la sustancia puede inhibir la transmisión de los impulsos nerviosos. En este caso, dieron más altos para el glifosato.

En el análisis de los indicadores de estrés oxidativo, en todos los casos se vieron desbalances. Las investigadoras Carolina Aronzon y Julieta Peluso, del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Unsam, que participaron del estudio, explicaron que el estrés oxidativo consiste en alteraciones en los procesos de oxidación de moléculas del organismo, que pueden ser proteínas, lípidos o ADN. Estas alteraciones pueden generar problemas en el metabolismo y mal funcionamiento del organismo.

Junto con Cuzziol Boccioni, Lener, Aronzon y Peluso, trabajaron en el estudio las y los investigadores Paola Peltzer, Andrés Attademo, María Simoniello, Luisina Demonte, María Repetti y Rafael Lajmanovich.

Nueva iniciativa para evitar que más residuos lleguen a los rellenos sanitarios

ReCCUpero es una iniciativa que tiene como objetivo recuperar envases, empaques y embalajes luego del consumo de bebidas y alimentos en bares, restaurantes y drugstores.

De esta forma, se reduce el impacto ambiental ya que esos residuos ya no llegan a un basural o a un relleno sanitario, se generan oportunidades laborales en el nuevo segmento de trabajos verdes, regresan materiales al circuito a un precio competitivo y se promueve una cultura de la separación en origen junto a cooperativas locales, consumidores, equipos de negocios gastronómicos y transportistas.

¿Cómo funciona ReCCUpero?

Una vez identificado el tipo y cantidad de residuos que cada local gastronómico genera, se organizan los contenedores que ayudarán a separar cada material; el equipo del restó, bar o drugstore avisa al recuperador (Usina Eco en Luján; Fundación CeoSol en Salta y el Municipio de Santa Fé en Santa Fé) que los cestos están llenos a través de una aplicación (Greener) que conforma una ruta entre los actores locales de cada ciudad.

Al día siguiente el vehículo del recuperador pasa a retirar los materiales y verifica volumen y peso; los reciclables son enfardados por los recuperadores e insertados nuevamente en el circuito productivo.  Así, cada viaje recupera materiales y se logra una medición del volumen que tiene su traducción en valor social, económico y ambiental. Cuando un consumidor ve los distintivos en la puerta del local sabe que luego de disfrutar su comida, ningún residuo reciclable terminará en la basura.

¿Dónde funciona?

La iniciativa se lanza por primera vez en Santa Fe, Luján y Salta, ciudades donde CCU Argentina tiene cervecerías. Luego de la evaluación de esta etapa local, se buscará sumar más actores y geografías

Los bares, drugstores y restaurantes adheridos a ReCCUpero garantizan que los envases y embalajes de los productos que se consumen ahí, recorran un ciclo de separación, diferenciación y reciclado que asegura su regreso al ciclo productivo y recuperen su valor.

En cada ciudad, CCU coordinó con el municipio local y una cooperativa de recuperadores urbanos una logística de clasificación y retiro de los materiales. Además, se ocupó del sistema de cestos para cada local gastronómico y juntó a cada actor en una mesa redonda de colaboración. Por su parte, la empresa de tecnología Greener se encarga del desarrollo de la aplicación, del registro y reporte diario del proceso, asegurando su trazabilidad.

“Somos muy conscientes de que todas nuestras acciones tienen un impacto ambiental, económico, social y cultural. En nuestras metas Planeta 2030 establecimos que el 100% de nuestros envases y embalajes serán reciclables, compostables o reutilizables y que estarán compuestos de, al menos, un 50% de material reciclado. Hoy valorizamos el 99.4% de nuestros residuos en las cervecerías y queremos ser parte del proceso post consumo para ofrecer soluciones de impacto,” destacó Juan Pablo Barrale, Gerente de Asuntos Corporativos de CCU Argentina.

En el Partido de Luján se encuentra el basural más grande de la República Argentina, por extensión (más de 12 hectáreas), antigüedad (50 años) y descuido (vuelcos de residuos sin tratamiento por más de 50 años). Esto conllevó a un plan estratégico para remediar este enorme pasivo socioambiental y sanitario. Hoy desde el Municipio, a través de las Direcciones de Gestión Ambiental y Residuos Sólidos Urbanos, estamos afianzando un proyecto de saneamiento y emplazamiento de Complejo Ambiental con planta de tratamiento y relleno sanitario. Esto tiene que ir de la mano de iniciativas que promuevan la separación en origen y compostaje, para poder darle una respuesta integral, sustentable y estructural a un problema histórico.”, afirma Braian Vega, Director de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Luján. 

En tanto, el Secretario de Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe, Franco Ponce de León, afirmó: “Resaltamos la posibilidad de llevar a cabo programas como Reccupero, donde se ve materializado el compromiso de las empresas, comerciantes y vecinos. Lo decimos desde hace tiempo, el camino para cuidar nuestra casa común es en equipo, debemos poder trabajar en conjunto todos los actores sociales”.

Mejoras en el uso del agua

Grupo Rotoplas, líder en soluciones para el ciclo del agua, dio a conocer los avances de sustentabilidad enmarcados en su estrategia 2021-2025, que con una perspectiva 360°, se centra en el planeta, las personas y los beneficios económicos. Esta estrategia contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 3, 4, 5, 6, 8, 9, 10, 11, 12 y 16 de la Agenda 2030.
La compañía informó que de manera general ha logrado disminuir 15,3% de las emisiones de CO2 eq por tonelada de resina procesada en sus principales procesos productivos. Asimismo, incrementó 5% el uso de resinas reciclada para la fabricación de productos en comparación al 2020. Por otro lado, redujo el consumo de energía a nivel Grupo en 11,4%, lo que incluye una disminución de combustibles y de electricidad. Estos logros representan un avance significativo hacia el objetivo de ser carbono neutral para el 2040.
De manera interna, en el tema diversidad, se obtuvo un avance de participación de mujeres de 23%, en línea con el objetivo de llegar al 30% para 2025. Las metas que refieren al aspecto social también hacen gran hincapié en la capacitación, factor que Grupo Rotoplas considera esencial en su desarrollo.
“Estamos a 6 años de que se cumpla el Decenio Internacional para la Acción, Agua para el
Desarrollo Sostenible, por lo que cada acción cuenta. Desde Grupo Rotoplas continuaremos nuestra labor de llevar más y mejor agua de manera sostenida y transparente”, expresó Pablo Feresini, Director General de Grupo Rotoplas en Argentina.
Según estimaciones actuales, para 2030, la disminución de los recursos de agua dulce, junto con el crecimiento de la población mundial, podría llevar al planeta de manera vertiginosa hacia una crisis mundial del agua. Reconociendo este creciente desafío, el 22 de marzo de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas inauguró el Decenio de Acción para el Agua (2018-2028) con el fin de promover la adopción de medidas que ayuden a transformar la manera en que se gestiona el recurso hídrico.

Suspenden obras del Tren Maya

16 de Mayo de 2022

Un juez suspende las obras del polémico tramo cinco del Tren Maya por falta de “permisos ambientales
Científicos y ecologistas han alertado que la construcción pone en riesgo el sistema de cuevas y cenotes de la zona. El Gobierno designó el proyecto como de “seguridad nacional” para sortear las trabas de autorización ambiental
Las obras del controvertido trazo del Tren Maya por la selva de Quintana Roo no pueden seguir adelante. Un juez de Yucatán ha decretado la suspensión provisional de la construcción de las vías entre Playa del Carmen y Tulum por no contar con una autorización en materia de impacto ambiental, dándole la razón a un grupo de buzos que presentaron una demanda de amparo en marzo pasado. El magistrado dice que, “si bien la sociedad tiene interés en que se construyan vías de comunicación para el servicio público, lo cierto es que también está interesada en que eso se haga conforme a las disposiciones legales que en materia ambiental prevé el derecho mexicano”.

Esta es la primera vez que la justicia se pronuncia sobre el tramo cinco de la obra estrella del presidente Andrés Manuel López Obrador, que ha generado una oleada de críticas por estar deforestando la selva y pasando por encima de un terreno kárstico repleto de cuevas, cenotes y ríos subterráneos. Originalmente el tren iba a ir junto a la carretera que ya conecta Cancún y Tulum, pero el Gobierno decidió cambiar de planes a principios de este año ante las dificultades que estaba presentando la obra —que tenía que levantar las vías por encima de la ciudad de Playa del Carmen— y la oposición de los hoteleros a que la construcción afectaste a la entrada a sus resorts de lujo.

Campaña Sélvame del Tren, la cual busca retomar los inicios del proyecto en el Tramo 5 Sur del Tren Maya para evitar daños en materia ecológica.

 

Manchados por el Petróleo

Desde Perú la periodista y editora general de Mongabay, Alexa Vélez Zuazo nos cuenta sobre la investigación que comenzaron sobre la industria del Petróleo en la Amazonía. «Manchados por el petróleo: un historial de derrames, impunidad y abusos en la Amazonía de Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia» «Somos un equipo de 28 personas que hace unos seis meses estamos investigando y averiguando quién es quién dentro de la industria petrolera que opera en la Amazonia de esos países» «Aquellos que cubrimos temas ambientales y básicamente cubrimos Amazonia estamos acostumbrados a cubrir derrames de petróleo, denuncias de comunidades indígenas por derrames ó problemas de salud ó contaminación de flora y fauna y es algo recurrente» «En las últimas cuatro décadas sólo en Perú se han registrado más de 400 derrames de petróleo y en los últimos 10 años en Ecuador más de 1200 derrames de petróleo. Decidimos saber cómo en medio de todos estos problemas que son reportados en los últimos años las empresas siguen operando y queriamos saber si tienen multas y comenzamos a realizar pedidos de información a los cuatro países: Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia para saber cuáles son las multas y procesos sancionadores contra las empresas petroleras que operan allí. Encontramos falta de transparencia, lo consideramos algo crítico porque es información que debería ser de dominio público» Por ejemplo en Perú la empresa más multada tiene 282 procesos sancionadores contra 72 empresas petroleras de Perú y Colombia pero además estos 282 han devenido en 169 multas contra 16 empresas en Perú y 20 en Colombia. En el caso de Perú la empresa que encabeza la lista es Pluspetrol Norte con 73 procesos sancionadores y 72 multas, en el caso de Pacific Stratus Energy es la segunda con 17 procesos y Maple Gas con 14 procesos. En Colombia está Perenco con 27 procesos, Ecopetrol con 21 y Equión Energía con diez procesos. Un detalle importante las multas de Pluspetrol, con 72 multas, equivalen a más de 47 millones de dólares.